El trabajo manual en el telar ha permitido la progresiva emancipación de las mujeres en las comunidades más pobres del país. Este antiquísimo arte, transmitido de madre a hija, se basa en el YANANTI, el principio tradicional andino de equilibrio entre fuerzas opuestas y complementarias, como el hombre y la mujer, que deben aportar la misma contribución a la colectividad, empezando por el núcleo familiar.